Estocadas de la nube

Ya que los carnavales llegan, ¿por qué no vestirnos de algún personaje de juego que tanto nos ha inspirado? Empezamos a buscar por las redes sociales buscando vestimenta, pero vaya decepción al ver que para nuestra hucha será un golpe muy bajo que difícilmente le salvará de un infarto. Así que, hagamoslo nosotros mismos, comprobemos que somos unos maestros del bricolaje.
Después de haber estado pensando un rato, el personaje de Final Fantasy VII Cloud resultó ser el mejor pesonaje para vestirse de él, no sólo porque es simple de preparar e interesante a la vez, sino porque también pareció una especie de Alter Ego cuando experimenté con él y luché metido en su piel, en el juego Dissidia. Así que la decición está hecha: Cloud Strife, el joven guerrero de Final Fantasy VII.

La vestimenta fue simple de conseguir; no ha salido idéntico a su ropa, pero ya que no queremos quemar parte de la cartera, pues habrá que acercarse a su apariencia sin complicarse mucho. Pero la parte que más había que trabajar era una herramienta que le daba la esencia necesaria a este luchador para ser tan admirado: la enorme espada que suele usar como arma principal.
Tenía en mente el aspecto que tenía esa enorme hoja metálica, que parece increíble que lo blanda con tal facilidad. Pero recordemos que es un juego, donde lo imposible es posible. Nosotros conformemonos con una espada de materiales más corrientes. Así pues, nada más ver una larga chapa de madera en los contenedores, se llevó al trastero y se cogieron las medidas, se cortó y lentamente se fueron añadiendo diferentes detalles.

Después del decorado venía el pintado, para el cual primero pensaba darle alguna capa de spray gris, aunque al final opté por una pintura plateada que aunque en teoría se usaba para repintar el hierro oxidado valdría para la espada. Y de hecho, valió. Una noche estuvo secándose la pintura y para la mañana siguiente la espada estaba seca, reluciente de un tono metalizado. Mejor resultado de lo que anteriormente había esperado. Lo único que faltaba era el mango por donde se blande, lo cual todavía seguía sin haberse pintado. Había dos opciones: cinta aislante o cámara de bici. Decidí usar la opción precipitada: corté por la mitad lo que sería la goma de la cámara y lentamente fuimos combinando loctite con goma, enrollándola lentamente. Y el resultado quedó impresionante.

La espada consta de algunos detalles que no pude perfeccionar, como el afilado, que al ser madera aglomerada no podría haberlo gastarlo sin romperlo; el peso, que aún siendo de madera sigue siendo excesivo para estar una tarde llevándola; los dos agujeros de la mitad, que en teoría perforan la espada de lado a lado, y el agujero de la punta, que aunque me empeñé en hacerlo me di cuenta de que la memoria me falló y que realmente no existía. Pero aun así, me parece que sin él quedaría un poco soso la punta... y además, tendrá que constar de algún detalle que la haga única, diferenciable de la espada de Cloud ¿no?