Todos sabemos lo que ocurre al intentar hacer una lista universal de los mejores juegos de cierta consola: son pocos los que se ponen a favor y muchos los que no lo pueden aceptar de ninguna manera. Incluso a los que están a favor les gustaría cambiar algunos detalles.Y eso nos pone las cosas muy difíciles a la hora de buscar un top definitivo; mejor dicho no lo busquemos, porque nunca lo encontraremos. Hay una cantidad increíble de tops, los cuales están basados en muchos aspectos que cada jugador valora de una forma diferente Escoger uno definitivo sólo traerá consigo críticas, y generalmente las esperaremos negativas.
Esto no nos debe frustrar, pues es algo que no resulta nada extraño: la experiencia que produce el juego a cada individuo es única, y aunque ciertos jugadores puedan concordar -he ahí la causa de la acepción de algunos Top- tanto las maneras de desahogo que el jugador busca en el juego como sus conocimientos y sus gustos harán siempre que ese impacto que el juego produzca en cada individuo, esa experiencia de juego, sea completamente único.
Claro que para producir ese impacto el videojuego debe dar con lo que busca el jugador, para que surga la emoción y la motivación en él. Basándose en esas experiencias, cada uno crea su propio Top, destacando los que le han causado la mejor experiencia de juego y clasificándolos en listas, de las cuales las más comunes suelen ser las de 10, 25, 50 o incluso de 100, aunque estas últimas no son muy comunes.
¿Pero qué es lo que hace que un jugador considere un juego como su favorito?
En la última década, el mundo del gaming ha demostrado que los gráficos son uno de los tópicos más buscados, y por eso mismo hemos podio apreciar la gran revolución gráfica que todavía sigue avanzando, haciendo que las consolas se perfeccionen a una velocidad de vértigo y que las tarjetas gráficas tengan que cambiarse si lo que se quiere es rendimiento. Gracias a los increíbles gráficos, los jugadores disfrutan de un juego que se asemeja a la realidad. Esta demanda de juegos con calidad gráfica impresionante para que puedan ser apreciados es la que más destaca hoy en día, y ha hecho, desgraciadamente, que el 2D o juegos antiguos como Final Fantasy VII empiecen a ser menospreciados.
Otro factor que atrae a muchos jugadores es la jugabilidad. La amplia gama de opciones, modos libres, gran variedad de modos de terminar el juego y muchos caminos que escoger durante el transcurso para que no sentir que nos guia siempre el juego y para que así podamos escoger nosotros mismos lo que queremos hacer, sin denegar nuestra libertad (Tomemos como ejemplo GTA o Monster Hunter). Es lo que ansian los que juzgan los juegos basándose en la jugabilidad: Limitaciones fuera.
La adrenalina y las emociones intensas también influyen a la hora de valorar juegos: entregas que hacen que nunca bajes la guardia y que estés siempre en tensión. Esta manera de juzgar es muy amplia, e incluye detalles como disparos y explosiones (juegos de shooter), sucesos épicos o irreales (e.g. God of War o Final Fantasy), la sensación de velocidad (e.g. Need for Speed), escenas extremas y sangrientas, juegos en los que el personaje se burla de la vida con situaciones al límite de todo... este tema incluye también la experimentación del miedo y los sustos, que trabajado de la manera propia hace corroer las entrañas y sentirte a la merced del juego, el cual controlará por completo la velocidad de los latidos del corazón del jugador.
La característica abandonada
Parece que todo esto ha cubierto por completo una característica que con el paso del tiempo ha ido perdiendo importancia. Estamos hablando de la historia de cada juego, en el que se mete el jugador para emprender un viaje que, quién sabe, igual ni tiene final. Hace tiempo, cuando los límites de la gráfica se encontraban en un 3D simple, era la historia la que ocupaba el núcleo del juego, era el motor de cada entrega, lo que hacía que el jugador realmente disfrutase. Hoy en día, todas las características anteriormente mencionadas han querido ocupar su sitio en el hilo del juego, y la historia, cada vez menos trabajada por la disminución de su importancia, ha perdido su puesto debido a a cantidad de jugadores que buscan sólamente gráficos. Resulta decepcionante ver que aumenta el número de juegos que nos dejan en un campo de batalla con el único objetivo de disparar a todo lo que se mueva. ¿Dónde se está quedando la historia? Esos juegos que nos dejaban emocionados con sucesos intrigantes, sentimentales y tristes que econtraban la manera de tocar al jugador? Inconscientemente, le hemos dado bienvenida a una nueva era donde la historia del juego ocupa cada vez un papel menos importante.
Para gustos los colores. Y lo mismo pasa con juegos. Algunas entregas han encontrado el balance gráfico/histórico -tal y como Metal Gear Peace Walker lo ha hecho- pero está claro que los gráficos han vencido. Y aunque personalmente prefiero que le dieran más importancia a la historia que a un par de árboles con buenos gráficos, cada jugador tendrá los juegos que más o menos le agraden en mente. Así pues, tal y como lo he hecho yo, que cada uno escoja el Top que más coincida con sus gustos.
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